Flor del caribe

Ester (Grazzi Massafera) y Cassiano (Henri Castelli) crecieron juntos en la pequeña Vila dos Ventos, en Rio Grande del Norte. Él, hijo de doña Olívia (Bete Mendes) y de Seu Chico (Cacá Amaral), jubilado y casi ciego por causa de los muchos años trabajados en las salinas. Ella, hija de Lindaura (Ângela Vieira), meztiza potiguar, con el joyero Samuel (Juca de Oliveira), un judío holandés que llegó a Brasil para comprar piedras preciosas y nunca más se fue. De los juegos infantiles a los juramentos de amor, un paso. El principal juramento: casamiento, tan pronto como Cassiano obtenga premiso de la Base Aérea de Natal, donde es piloto de caza. Mientras tanto, la pareja no contaba con la interferencia de Alberto Alburquerque (Igor Rockili) para dañar sus planes de felicidad. A pesar de que algunos en la región no se acuerden de él, Alberto pasó muchas vacaciones allí en la bella casa de playa de la familia. Su abuelo, el viejo patriarca Dionísio Alburquerque (Sérgio Mamberti), jamás se alejó de los negocios, incluso en los momentos de descanso. Y sus negocios siempre estuvieron en Rio Grande del Norte: su salina, su mina de tungsteno y su labra de piedras preciosas. En esas temporadas de vacaciones nació la amistad entre los dos muchachos. Uno de la familia pobre de Seu Chico, operario salinero, y el otro, heredero del holding que engloba las mayores empresas del estado. Una amistad que se fue solidificando con el paso de los años. Hasta el punto de Cassiano considerar a Alberto casi como un hermano, a pesar de la diferencia socioeconómica que los separa. Feliz por reencontrar a su amigo que no veía desde hace un buen tiempo, Cassiano ni percibe la mirada de Alberto llena de interés por la bella mujer en que se transformó Ester. Una mujer que el codició en el pasado, pero que, la única vez que en la que eel se declaró, dejó claro que el hombre de su vida, pase lo que pase, será siempre Cassiano, con quien ella se pretende casar y tener hijos. De vuelta a Vila dos Ventos, luego de una ausencia de tres años, Alberto sabrá manipular los destinos de Cassiano y Ester para conseguir lo que quiere.