Somos los carmona

La historia se centra en una familia campesina que vive en un pueblo al sur, alejados de la civilización. Cuando el gobierno les expropia su terreno y les pagan mucho dinero, ellos se trasladan a Santiago. En su nueva casa en La Dehesa, la familia encabezada por Rosa (Carolina Arregui) y Facundo (Álvaro Rudolphy) chocan con sus vecinos, los Velasco: Roberto (Fernando Larraín), Isabel (Ingrid Cruz), Felipe (Ignacio Susperreguy) y Rocío (Valentina Carvajal). En la ciudad, los Carmona tienen "problemas y descubrimientos". "Al matrimonio las nuevas costumbres los empiezan a dividir. Ella nunca quiso venir, mientras él tiene otros motivos de venganza". Los Velasco están en aprietos económicos y van a tratar de estafarlos para quitarles todo. Lo están perdiendo todo y se están disolviendo. De hecho, Roberto le encarga a su esposa "que seduzca al huaso porque quiere estafarlo para que invierta en su constructora". La que tiene mayores problemas de adaptación es la hija mayor, Carmen (Magdalena Müller), que va a la universidad, y se topa con Francisca (María de los Ángeles García) una chica mala, que con sus dos secuaces la atormentan. La hija del medio, Susana, (Agustina Lavín), tiene un cerdito al que viste. El hijo menor, que siempre estudió en una escuela rural, entra en una más avanzada y "se dan cuenta de que era superdotado". Lo más grave es que "se van haciendo más duros, incrédulos, consumistas y se empiezan a engañar entre ellos". Contrariamente, "los santiaguinos empiezan a contagiarse de lo bueno que traían desde el campo".